sábado, 17 de octubre de 2009

Parte 6





Electricidad

Cuando abrí los ojos,
me encontraba en una habitación obalada,
con paredes convadas y de un color tabaco.

No podía recordar exactamente que había pasado
después del frenesí vivido en el parque,
ni como había llegado hasta allí.

Me encontraba en una cama grande,
suficientemente grande como para dos personas,
a la derecha había un pequeño armario,
y a su izquierda una mesita de noche.

El moviliario era claro,
por lo que le daba mayor aplitud a la habitación,
aunque en sí, no tuviera demasiados metros cuadrados.

Estaba vestida aún con los vaqueros,
así que me levanté de la cama,
no parecía que nadie me vigilara,
pero tenía que salir de allí rápido,
ya que la bienvenida del parque
no había sido precisamente con los brazos abiertos.

Salí por la puerta hacia la izquierda,
haciendo el menor ruido posible,
andando por un pasillo, que giraba ligeramente.

De fondo, se escuchaba la melodía del tocar de un piano,
y a medida que seguía avanzando,
aumentaba de volumen.

No me desvié del pasillo,
pero observé que del mismo,
se abrían pasillos laterales a ambos lados,
y cada cierta frecuencia,
había puertas cerradas, las cuales,
no me decidí a abrir.

De pronto, se escucharon unas pisadas,
acercandose peligrosamente rápido,
sin tiempo para pensar,
me fijé en la primera puerta a la derecha,
la abrí y la cerré rápidamente,
rezando porque nadie me hubiera visto.

Reparé en que la melodía había parado,
y al ser consciente de la situación,
me giré en redondo.

Lucas, el chico de la ventana,
me miraba fijamente
desde el taburete de un piano de cola color negro.

La habitación era parecida a la misma
en la que me había despertado,
pero el espacio libre era menor
ya que tenía el piano en uno de los costados.

Sentí el pomo en mi mano girarse levemente,
y el pánico penetró en mis venas,
le hice una señal de silencio al chico,
siendo consciente de que era inútil,
puesto que él era parte de la emboscada
que me habían tendido en el parque,
pero a falta de recursos,
me escondí en el pequeño armario de la habitación.

La puertecita quedó encajada,
así que miré a través de la rendija que quedaba.

Un hombre abrió la puerta,
tenía barba y bigote marrones,
y vestía un traje de chaqueta elegante azul marino.

Lucas se levantó y salió por la puerta
tras la indicación del hombre de que lo siguiera.

El corazón me latía a cien por hora,
no sabía que pensar,
que hacer, que decir,
y no tenía medio de contactar con nadie,
ya que no tenía ni si quiera las cosas
con las que había ido al parque.

No entendía nada,
ni tenía tiempo de reflexionar acerca de ello.

Lucas volvió a entrar en la habitación,
cerró la puerta con cuidado,
se acercó y abrió la puerta del armario.

Y allí estaba yo, agazapada y perdida absolutamente.

- ¿Qué haces tú aquí?
- Me encantaría saberlo, pero gracias a ti, no sé nada.
- ¿A mi?
- Sí, ¿quién eres? ¿qué hago yo aquí?
¿qué me hicisteis en el parque?
- ¿Es que nadie te ha explicado nada?
- No, he despertado e he intentando salir
y he acabado escondida aquí.
- No le he dicho a nadie que estas aquí,
pero tarde o temprano, sabrán que has salido de la habitación.
Además, tenemos que explicartelo todo,
no tengas miedo, estamos de tu parte.

Lucas me miró fijamente.

- Mira se que tienes miedo,
que te hemos traído aquí por la fuerza,
pero no ha habido elección.
Como habrás comprobado no tienes daño alguno.

Aún estaba reticente,
tenía miedo, lo extraño era que no estuviera
gritando socorro a los cuatro vientos.
Pero había algo allí que me tranquilizaba.

- Ven, voy a enserñarte algo,
¿qué puedes perder?, de todas maneras,
no vas a salir de aquí sola.

Lucas me tendió la mano.
Y tras esa mirada que cruzamos un instante,
un latigazo de corriente eléctrica
sacudió todos mis sentidos.

2 comentarios:

Sidel dijo...

Que un chico así majete entre en tu vida para protegerte de algo, no esta nada mal. Quiero más!Quién es él? quién es ella? ¿Por que la ha medio raptado??? Pornto espero novedades! Besos.

InventandoMiPropioMundo dijo...

:) Estoy en ello, gracias por tu apoyo!

Besitos!