martes, 3 de noviembre de 2009

Parte 7






Laberintos

Salí del armario con un poco de torpeza,
Lucas abrió la puerta con cuidado
y salió dirigiéndose de nuevo hacia la derecha,
luego giró en un pequeño pasillo a la izquierda,
abrió una puerta lateral y bajamos unas escaleras.

Mientras tanto, yo trataba de memorizar
todo el recorrido que me fuera posible
pero era consciente de que todo era
del mismo color, de la misma forma...

Se trataba de un laberinto
camuflado con la apariencia de una casa.

Llegamos unas cuatro plantas más abajo,
la profundidad me agobiaba,
nunca me habían gustado los sótanos.

Sacó una llave pequeña y plateada,
y abrió una pequeña abertura.

- Yo iré delante - sentenció.

Y en un segundo, se había colado
por el pequeño tragaluz.

Mi miedo había quedado sustituido
por una mezcla de curiosidad y simpatía
por aquel extraño lugar.

Era consciente de que si alguien
quisiera hacerme daño,
no le costaría ningún trabajo,
ya que era totalmente vulnerable,
pero, de todas maneras,
no era capaz de salir de allí sola.

Asomé la cabeza por la abertura,
solo veía como los ojos verdes de Lucas
relucían de una manera antinatural en la oscuridad.

Un escalofrío recorrió mi espina dorsal,
*Tengo que ser valiente*- me dije.

- No te preocupes, te cogeré - dijo.
- Voy a caerme seguro,
yo siempre me caigo- afirme más como para
mi misma que para él.

Bajé primero las piernas,
y escurrí el resto del cuerpo
poco a poco, hasta que perdí el control
y salí a toda velocidad despedida hacia el suelo.

Efectivamente, Lucas estaba para cogerme,
aunque no lo consiguió y ambos caimos rodando al suelo.

Me ayudó a levantarme,
y observé la estancia que mis ojos,
ya más acostumbrados a la oscuridad,
pudieron visualizar con mayor claridad.

Se trataba de una especie de sótano
sin puerta ni ventana alguna,
de cuatro paredes totalmente simétricas,
con solo unas cajas apiladas en el suelo.

¡Clack! El chasquido de un cerrojo,
me volví y vi a Lucas guardándose la llave.

- ¿Cómo has llegado hasta el tragaluz
para poder cerrarlo?
- Saltando - respondió con actitud displicente,
- ¿Cómo? No eres capaz de saltar
a esa altura, esta a unos tres metros.
- Claro que puedo - dijo, y me sonrió
de manera seductora.

No estaba diciendo la verdad,
ni me la iba a decir, de momento.

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Prometo actualizar más rápido
de ahora en adelante.

La universidad me ha tenido
encarcelada en trabajos.

:)

1 comentario:

Sidel dijo...

¿Que hay en ese sotano? Estoy intrigada, ¿porque Lucas la ha llevado allí???